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Publicado el 29 de enero de 2020 en Noticias de Gipuzkoa
Nacida
en Donostia en 1923. 20 años. Asesinada en Auschwitz el 12 de
septiembre de 1943.
Su
historia acaba ahí pero la puerta de la memoria no se cierra.
Este
pasado verano, concretamente el 9 de agosto, se publicaba en el BOE
el listado de víctimas españolas en campos de concentración nazis. Un total de 4.427 personas fallecidas. La publicación del listado
respondía al cumplimiento de una de las iniciativas de la Ley de
Memoria Histórica para la reparación
de las víctimas del nazismo.
En
ese listado aparece ella, Simona Paquita.
El
ayuntamiento de Donostia a iniciativa de Ezker Anitza-IU había
aprobado una declaración institucional en enero de 2018,
coincidiendo con el
día internacional en
memoria de las víctimas del Holocausto que se conmemora cada 27 de
enero. En 2005 la ONU aprobó la creación de este día de
conmemoración haciéndolo coincidir con la fecha de la liberación
del campo de Auschwitz. Se
cumple el 75 aniversario de la liberación por parte de tropas
soviéticas de aquel campo.
Cada
27 de enero recordamos a las víctimas y se
suceden
los actos de condena de este terrible episodio de la historia de
Europa donde el nazismo llevó a cabo una
aniquilación sistemática y premeditada de más de 6 millones de
judíos, además de cientos de miles de personas que fueron
perseguidas por motivos de raza, origen étnico, religión, clase
social, ideas políticas u orientación sexual.
Alrededor de 150 vascos y
vascas fueron deportadas a campos de exterminación nazis entre 1940
y 1945. La mayoría se habían exiliado en Francia huyendo de la
Guerra Civil y la dictadura franquista. Habiendo sufrido la derrota
contra el fascismo, exiliadas en Francia se vuelven a enfrentar en la
Segunda Guerra Mundial, en esta ocasión al nazismo quien las apresa
y las deporta a campos de exterminio.
Se han realizado actos de
homenaje aislados por parte de instituciones públicas, como los
realizados por el Gobierno Vasco a los recluidos vascos en el Campo
de Gurs donde en 2011 se colocaron dos columnas para honrar la
memoria de vascos recluidos en este campo o el más reciente de 2017
junto con el gobierno de Navarra en el mismo campo. Igualmente, se
realizan anualmente actos por parte de la sociedad civil, con un
papel destacable de las organizaciones memorialistas.
Sin
embargo, entendíamos
necesario dar un paso más en la memoria de los
y las donostiarras que habían sido
deportados a campos de concentración y por ello solicitamos, y así
fue aprobado, destinar un espacio en la ciudad en recuerdo de las
víctimas del Holocausto Nazi con un reconocimiento expreso a las 21
personas donostiarras que padecieron la deportación e internamiento
en campos de concentración nazis.
En aquel momento, sumaban 21.
Hoy son ya 22. El trabajo por la recuperación de la memoria nos ha
dado esta mala noticia pero, a su vez, esta tan necesaria información
para no dejar a nadie en el olvido.
Desde que se aprobara hace dos
años ya la declaración para crear un espacio, el ayuntamiento ha
procedido a abrir un concurso para la creación de la intervención.
El espacio se hará en el entorno del Palacio de Aiete.
La memoria de todos ellos, sus
historias, cual fue la circunstancia por el que fueron detenidos y
deportados, necesita de tiempo, trabajo y recursos; algo que,
desgraciadamente no parece prioritario.
De Simona Paquita diría que
es sorprendente que a pesar de que el gobierno francés había
reconocido que su muerte había sido “en deportación”, así lo
calificaron ya en 2008, no estuviera en los listados que se
manejaban. También podríamos analizar que el hecho de ser mujer la
había mantenido invisibilizada.
Nacida con apellido Lelouch,
muere como Simona Paquita Liberman. Casada con un hijo de judíos
polacos, también asesinados en Auschwitz en el final de ese verano
de 1943.
Se abre una vía sobre la
memoria de Simona Paquita.
Falta el tiempo, el trabajo y
la inversión, de ahí que la memoria de Simona Paquita y tantas
otras esté en construcción.
Me gustaría pensar que de
aquí al siguiente 27 de enero hayamos podido avanzar en recuperar su
memoria, que es la memoria de esta ciudad. Porque construimos ciudad
sobre nuestra memoria viva.
Echamos la vista atrás para
mantener la llama de la memoria, aquella que nos recuerda que hay un
hilo que nos conecta con el pasado de lucha por la libertad y la vida
y que ese mismo hilo nos proyecta a un futuro. Y que ahora, como
entonces, deberemos hacer frente a la equidistancia y asumir un
compromiso. Se lo debemos. Antifascistas siempre.
Haizea
Garay Gallastegui
Concejala
de Ezker Anitza-IU en el grupo municipal Elkarrekin Donostia