Donostia, a 7 de octubre del 2022
La asamblea de Ezker Anitza-IU Donostia sostiene que la verdadera intención del gobierno de Goia, con la creación en el último pleno del Consejo de Patrimonio, es acallar las numerosas críticas que se han alzado en contra de la destrucción de edificios, comercios históricos y patrimonio urbanístico, en general, producido en la ciudad en estas dos últimas legislaturas.
Ezker Anitza-IU considera el recién creado consejo de Patrimonio “un órgano que poco va a hacer en defensa del patrimonio de Donostia” y que, “si realmente se pone en marcha, actuará más como órgano legitimador de las actuaciones del gobierno municipal ante las próximas actuaciones urbanísticas que impliquen una nueva pérdida de patrimonio en la ciudad”.
La organización de izquierdas basa sus declaraciones principalmente en dos razones; por un lado, en que la composición del Consejo se ha definido por parte del gobierno PNV-PSE como un órgano de carácter cerrado y no participativo. Y por otro, que el perfil señalado para sus miembros ha de ser un perfil técnico en el que no se incluía en un principio expertos en materia de Historia, Historia del Arte o Bellas Artes.
En este punto, finalmente se ha introducido que al menos una de las nueve personas que formen el Consejo sea cualificada en disciplinas ligadas al Arte o a la Historia, el resto sería personal técnico ligado al departamento de urbanismo del ayuntamiento, o técnicos y arquitectos nombrados por otras instituciones de la ciudad ligadas al ámbito profesional de la arquitectura. Por lo tanto, la participación de personas que puedan velar por el valor histórico-artístico de los edificios “sigue siendo irrisoria”, “es como poner a 8 lobos y a una gallina al cuidado de todos los huevos del corral”.
Otra cuestión que genera dudas a Ezker Anitza-IU sobre las futuras actuaciones de este Consejo es el carácter cerrado de su composición, ya que, a diferencia del resto de consejos asesores de la ciudad en los que pueden participar personas interesadas en una línea de trabajo concreta (por ejemplo, en ecología o el medio ambiente, igualdad, euskera, memoria histórica, etc.), éste no se ha abierto a la participación ciudadana. “Este blindaje del consejo nos remite a un problema recurrente y de base que tiene el gobierno de Goia: el miedo a la participación ciudadana; es decir, el miedo a que se emitan opiniones que no le agradan y/o que no pueden controlar”. “Además, con la creación de un órgano que teóricamente va a velar por la protección del patrimonio construido de la ciudad quieren evitar el debate público, de manera que todas las cuestiones de intervención sobre edificios o elementos protegidos se decidan en petit comité y darle a éste toda la legitimidad en sus decisiones”, señalan desde la asamblea.
En consecuencia, el consejo nace con graves carencias para actuar como órgano de protección del patrimonio de Donostia, y la razón hay que buscarla en el origen: en el “diseño” elaborado por el gobierno PNV-PSE para él. Frente a ello, Ezker Anitza-IU quiere poner en valor la incansable lucha que llevan años manteniendo en la ciudad las asociaciones que trabajan en defensa del Patrimonio, y confía plenamente en la acción ciudadana, que ya salió a las calles en defensa, por ejemplo, de los edificios de Miracruz 19 y del Teatro Bellas Artes.
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